La transformación personal y un peluquero misterioso

La transformación personal empieza donde acaba la conciencia de tu potencial. ¿Se da la cuenta la Humanidad que vive por debajo de sus posibilidades? ¿Que vivimos una gran mentira, abocados a luchar por sobrevivir en trabajos que no nos gustan, por comprar caros productos de marcas que no necesitamos?
MI TRANSFORMACIÓN PERSONAL
Me miro al espejo y tomo una decisión: mi transformación personal esta semana será cortarme el pelo, ya no aguanta más. Estoy de viaje en un pueblecito no muy grande, donde antaño paseaban caballeros buscando gloria y rufianes de medio pelo, nunca mejor dicho. Busco entre sus callejuelas hasta que encuentro un local brillante, colorido, incluso fastuoso para el barrio que lo rodea. La entrada de un extranjero, como buen negocio de provincia, torna en silencio las animadas risas de mujeres con mechas a medio poner y niños jugueteando con una revista de peinados.
Me miran, sin atreverse a cuchichear, pero intentando saber quién soy de una forma disimulada.
-Siéntate, ahora estamos contigo —dice un joven fornido de pelo rizado, bajito pero con gran presencia.
Tras veinte minutos de espera, voy a la pila para lavarme el pelo tras la señal del peluquero. Enciende el grifo, espera que el agua salga caliente y va mojando poco a poco mi cuero cabelludo. Me relajo, mi transformación personal ha comenzado. Toca renovarse y recargar energías, aunque una pregunta me saca de mi estado zen.
—No eres de por aquí, verdad —ah sí, ese pequeño detalle…
—No —respondo lo más cortante que puedo. Sólo quiero que me laven el pelo y lo corten, no tengo ganas de dar explicaciones a nadie, pienso mientras los dedos del joven aprietan suavemente en el cráneo, con oficio y elegancia.
—¿Y a qué te dedicas? —empiezo a comprender que no voy a escapar de allí sin hablar un poco, así que me relajo y abro los ojos para empezar la conversación. Lo que veo me perturba, es la mirada de un hombre con ganas de saber que existe más allá de las fronteras de su mundo de confort. ¿Busca también su transformación personal?
Por unos instantes dudo. ¿Le digo todo? ¿Le hablo de ángeles, sanaciones y maestros espirituales? ¿O se asustará? Decido decirle la versión light, la apta para todos los públicos, que me corte tranquilo el pelo.
—Soy escritor y coach de vida.
El joven sigue masajeando con cara de incredulidad. Creo que no ha entendido nada, y eso que le dije lo más facilito.
—¿Y de qué escribes libros?
—De desarrollo personal, autoayuda, espiritualidad.
Ahora sí la he liado gorda. Se endereza, lleva sus manos al grifo de agua y dice con la valentía que sólo te da la inocencia:
—Y eso, ¿qué es?
¿Qué? ¿Cómo? ¿No sabe lo que es? Es la primera vez en doce años que no sé que responder. Las fronteras del confort se derrumban, pero las mías.
—Pues… son consejos, ideas, trucos, para ser mejor persona.
El peluquero misterioso toma más champú y vuelve a lavar mi pelo, no sé si estaba previsto o quiere seguir hablando, pero la situación me empieza a resultar ínteresante. Tantos años trabajando y ayudando a miles de personas que querían mejorar sus vidas, tener una auténtica transformación personal, que me cuesta hablar con alguien que no sólo le importa un pepino mejorar su vida sino que… ¡ni sabe qué es!
—Y eso, ¿para qué sirve?
— Pues para que seas más feliz, consigas tus objetivos en la vida, seas exitoso, tengas paz interior, triunfes, evoluciones.
— ¡Ah!
Fue la última palabra que dijo y la última masajeada. No tenía ni idea de que estábamos hablando. Acto seguido me puso una toalla, me pasó a la silla de enfrente del espejo y cortó el pelo muy profesional, en silencio y rigor. No dijo nada más y yo tampoco. No sabíamos qué decir, quizás él por vergüenza y yo por la sorpresa.
¿ES LA TRANSFORMACIÓN PERSONAL UN OBJETIVO COMÚN?
Salí de la peluquería como caballero sin gloria y poco pelo, pero muchas ideas que aclarar. Estuve los siguientes días pensando, ¿por qué hay gente que le importa un pimiento el crecimiento o la transformación personal? ¿Están confundidos o seremos nosotros, los gurús espirituales, los equivocados, intentando que todo el mundo mejore su vida cuando muchos no parecen necesitarlo?
La respuesta es muy simple: desconocimiento. Muchas personas ven el mundo de la autoayuda como algo banal, léase “ser mejor persona”; otros lo confunden con los libros que ven en las librerías de “hazte rico con tus pensamientos” y piensan que sólo es un negocio más, pero imposible de realizar; bastantes lo relacionan con los largos sermones que dan en las religiones y algunos, como el peluquero, ni siquiera saben que existe…
En todos los casos hay una ignorancia, un desconocimiento del verdadero potencial humano. He ahí el quid de la cuestión. Si la gente supiera que tenemos 72 posibles vidas distribuidas en 12 niveles, y que en los superiores todos somos podemos ser ricos y famosos, quizás intentaría algo más que sobrevivir.
Si supieran que ese amor que no llega o el negocio que no triunfa, es porque está repitiendo un patrón de vidas pasadas que perdurará hasta que sane su corazón, perdone y valore su espíritu…
Si descubrieran que todos tenemos un derecho divino de ser abundantes y plenos, una conexión permanente a un flujo de energía que nos entra por arriba y por abajo del cuerpo físico, quizás intentarían cambiar. No se trata de luchar por ser mejor persona, sino de reclamar lo que es nuestro por ser hijos del cielo.
Pero si descubrieran que ese flujo está limitado sólo por tus creencias equivocadas, impuestas por una élite social desde hace siglos para poder controlarte, y que en cualquier momento podrías liberar superando las lecciones pendientes de tu alma, entonces no verían el crecimiento personal como algo superficial, sino como el único camino hacia la verdadera transformación personal:
Tu libertad espiritual.
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